El dibujante y activista Ramón Esono Ebalé lleva 4 meses y 14 días encerrado en la cárcel de Playa Negra, más conocida como Black Beach, en Guinea Ecuatorial.
Su mujer, Eloisa Vaello, ha publicado esta nota escrita por Ramón desde su celda:
“Hola a todos, en mi nombre y en el de mi familia, quiero dar las gracias a todos los que siguen el combate, esperando me libere de esta situación en la que no pinto nada. Yo no pinto más que donde sea una persona libre y responsable de sus actos, sin embargo desde el poder han decidido no admitir la razón allá donde razonar impondría un mejor ritmo al desarrollo general del cual se presume.
Con mis esperanzas puestas en presentar #218Empire en Viena, como estaba previsto, y confirmar el sueño nacional de estar a la altura de las demás naciones, con lo único que se me da bien: DIBUJAR. No me rendiré, no nací con el planeta bajo los pies, nací para felicidad de mi madre. Y hoy vivo para dibujar en representación de mi gente. Gracias. Nse.”
La cárcel de los horrores de Teodoro Obiang
Esono cumple hoy 136 días dentro de una de las prisiones más peligrosas y duras del mundo. Amnistía Internacional describió el ingreso en esta prisión africana como “una sentencia de muerte lenta y prolongada“.
Las torturas, violaciones y palizas son habituales, incluso se han dado casos de muertes por inanición, no es extraño que algunos internos puedan llegar a estar hasta seis días sin comer.
Los presos de Black Beach dependen de los alimentos que les llevan sus familiares, así que imagina ser extranjero en una prisión así. Por suerte, no es el caso de Ramón, que puede recibir las visitas de sus parientes en Malabo.
“Decir Black Beach es decir muerte. Cuando un preso llega a esta cárcel, su familia comienza a preparar el ataúd”.
Así describió en su día este presidio Severo Moto, opositor exiliado en España, que pasó varias temporadas encerrado allí y que después sería detenido y condenado por intentar enviar armas a Guinea.
Otro testimonio de las torturas y penosas condiciones de vida en la cárcel de Black Beach es el de Gerardo Angüe Mangue, miembro destacado del Partido Progreso que terminó encarcelado allí, junto con otros líderes del partido, acusado de conspirar para derrocar a Teodoro Obiang.
Durante dos meses, estuvo atado con grilletes en una pequeña celda donde debía estar en cuclillas. La policía lo visitaba regularmente, le ataba las manos y los pies y luego lo dejaba colgando con los brazos enroscados a un poste. Otras veces encendían velas bajo su rostro para que se ahogara con el humo. También le tiraban agua fría. “Mucha gente murió bajo torturas así”, dijo. “Muchas veces también pensé que moriría”.
El único sustento era pan y agua, mientras que un balde en la esquina servía de baño. Los golpes eran algo cotidiano. Después de unas semanas lo trasladaron a una celda con otras cinco personas, y la comida mejoró algo con cuellos y alas de pollo. Durante un año lo mantuvieron incomunicado, luego, su esposa, familiares y amigos, que también fueron golpeados en alguna ocasión, pudieron visitarlo con la condición de pagar a los guardias.
Pese al tiempo transcurrido desde la detención y encarcelamiento de Ramón Esono, sus familiares, amigos y colegas de profesión no han dejado de llevar a cabo acciones para pedir su libertad y difundir su situación.
El 26 de enero, en el Festival Internacional de la Historieta de Angulema, los autores volvieron a llamar la atención sobre el caso de Esono.
Francis Groux, uno de los fundadores del Festival International de la Bande Dessinée d’Angoulême. Foto: Revista África e Mediterráneo (Web – FB)
Eloisa Vaello, en el acto de entrega del premio de CRNI a Ramón Esono en noviembre de 2017
Web de la campaña FreeNseRamon donde puedes seguir las noticias sobre este caso.
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