La Inspección ha encontrado 16.000 casos de fraude en los ERTE y está investigando otros 14.000.
Desde abril hasta el cierre de octubre ha impuesto sanciones por valor de 7,7 millones de euros, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social.
La mayoría de estos expedientes de fraude abiertos se han producido en la hostelería (el 36%), en el comercio (16,6%) y en la industria (9,1%)
Este es nuestro mercado laboral, un inmenso y asqueroso erial donde sólo brota la precariedad y la explotación. Y eso es sólo lo que se ve, sin la economía sumergida (ahora también tocada) y los que capean la situación como pueden y van tragando no habría contenedor que no ardiera en cada calle de cada ciudad, pueblo y barrio.
La hostelería, como casi todos los gremios, ha sufrido el golpe del parón de la actividad. El despliegue mediático inicial poniendo cada día el acento en las terrazas me resultó desmesurado, casi humorístico por momentos.
Pero claro, para aquellos cálculos de prioridades se supone que ya estaban los expertos. Aún así, había días que parecía que había que celebrar el despliegue y ampliación del número de mesas de las terracitas como si de una vacuna milagrosa para la economía se tratara.
El obrero siempre es lo de menos y la caja de unos cuantos la urgencia.
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